RENACIMIENTO
El Renacimiento: ciencia y humanismo en el
origen de la modernidad.
El Renacimiento hemos de entenderlo como
consecuencia de la crisis del siglo XIV que significa el fin del feudalismo y
el comienzo del mundo burgués. Le Golf afirma que esta crisis se debe al límite
de la tecnología medieval (artesanía) para responder a las nuevas necesidades
que se le plantean.
Las naciones modernas surgen con la burguesía
y son un fenómeno burgués. El poder de los reyes va creciendo en las ciudades,
estando las monarquías amparadas por el capital burgués. La transformación del
poder y el régimen feudal monárquico trae como consecuencia la unificación de
las leyes, que hasta entonces eran múltiples.
Un fenómeno fundamental de ésta época, y que
se da preferentemente en el s XV, es la revolución tecnológica, que tiene unas
consecuencias que cambian la historia:
El invento de la brújula, que supone
una nueva posibilidad de arriesgarse más allá del espacio conocido, abriéndose
las posibilidades de los descubrimientos y de las colonizaciones.
El telescopio, invención de
Galileo, contribuye de una forma decisiva el cambio de la concepción del mundo.
El hombre se da cuenta de la infinitud del mundo y cambia su visión
geocentrista por la heliocentrista.
La pólvora, que supone la
revolución militar y la muerte de las costumbres caballerescas.
Los nuevos ejércitos, basados en el poder de la artillería y
tácticas de guerra y no en el potencial de caballería, son mucho más costosos y
sólo los reyes pueden mantener ejércitos poderosos, siendo éste un factor más
que explica la perdida de poder de los señores feudales.
La imprenta, de Gütemberg, permite el comienzo
de la cultura escrita, que hasta ahora había estado restringida a los
monasterios. Se desarrollan las Universidades, que pronto adquieren una
especial importancia para la secularización de la cultura.
El elemento que más vigorizó a la economía
fue el descubrimiento de nuevos mercados y la creación de nuevas industrias,
posibilitado en parte por la caída de los turcos. Se crean ligas comerciales en
los Países Bajos y las primeras colonias. Se crea el mercado de África y
concluye el descubrimiento de América, entrando nuevos productos y metales
preciosos. Se comienza a implantar la industria metalúrgica, relojera y
cristalería, que desbancan el predominio textil.
Con el Renacimiento aparece el naturalismo,
que valora la naturaleza y la vida sensible; esto hace que se dinamice el
trabajo para poder gozar posteriormente de la naturaleza. Esta actitud
naturalista aumenta la curiosidad intelectual, la valoración del lujo, los
viajes, las exploraciones y todo lo que represente contacto con lo natural. Se
comienza a valorar el paisaje y a humanizar el arte. La cultura se va haciendo
progresivamente laica e independiente de la autoridad eclesiástica y de los
dogmas religiosos.
Las pruebas de este naturalismo y de su
cultura laica son:
El cambio de la actitud respecto de la
muerte. El sentido laico de la muerte iguala a todos los hombres. La muerte se
suele ver como un castigo, o un final o tránsito, de hay que haya que activar
la energía para gozar lo máximo posible de la vida.
El tema de la fama es la solución laica a la
supervivencia. El hombre medieval creía en el otro mundo; la fama, en cambio,
será la forma de sobrevivir tras la muerte en el Renacimiento. Aparece el tema
de la fortuna. El hombre medieval cree en la intencionalidad y providencia de
Dios en el mundo. En el Renacimiento la cultura se descristianiza y aparece las
ideas de fortuna y predeterminación; la suerte guía al hombre y el azar vuelve
a ocupar un papel importante.
Hay una valoración ética de la persona. El
ideal de la vida no es ya seguir un modelo -como los sabios helenísticos o los
santos del cristianismo-, sino afirmar la propia personalidad y el propio
modelo de vida.
Comienza la independencia del poder político
frente a los Papas, como consecuencia del refuerzo del poder de los reyes tras
la caída del régimen político feudal. Los pensadores más importantes toman
partido por la independencia de ambos poderes; no con la intención de reforzar
el poder de los reyes, sino porque piensan en el poder de la Iglesia como
espiritual y no concreto, y, por lo tanto, independiente del Estado.
El núcleo ideológico del Renacimiento es el
Humanismo, que podemos definir como la nueva cultura que surge a partir del s
XV que se centra en el hombre (antropocéntrico) y que tiene como finalidad al
hombre (antropotélico). Los temas más importantes que desarrolla el humanismo
son: El tema del sujeto y de su libertad, la relación del sujeto con Dios, y la
relación del sujeto con el mundo y la naturaleza. El Renacimiento se va a
destacar por la vuelta a los ideales grecolatinos y por la interpretación libre
de la Biblia. Como grandes humanistas podemos destacar: Leonardo da Vinci,
Tomas Moro y Pico della Mirandola.
A ellos, sobre todo Pico, se debe la ruptura
con la filosofía medieval. Así destacamos los planteamientos:
El hombre es capaz de hacer el bien por sí
mismo, frente a la naturaleza humana corrompida de la filosofía medieval, que
afirmaba que el hombre tiene tendencia al mal. El hombre se considera un ser
autónomo, que elige libremente su destino y acepta las consecuencias de sus
actos, frente a la filosofía medieval que afirma que el hombre sólo puede
salvarse por la gracia y fe divinas.
Los problemas mecánicos planteados por la
nueva astronomía no podían ser resueltos por la mecánica de Aristóteles. Los
aristotélicos vieron en este hecho una argumentación contra la nueva
astronomía, pero Galileo y Newton demolieron sus objeciones con una mecánica
científica moderna y ordenada.
RACIONALISMO (del latín, ratio, razón)
En filosofía, sistema de pensamiento que
acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste
con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido
de la percepción.
El racionalismo ha aparecido de distintas
formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental, pero se identifica
ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del
siglo XVII René Descartes, el cual creía que la geometría representaba el ideal
de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de
la razón se podían descubrir ciertos universales, verdades evidentes en sí, de
las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las
ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no
derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por
otros filósofos europeos, como el francés Baruch Spinoza y el pensador y
matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas
británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas
procedían de los sentidos.
El racionalismo epistemológico ha sido
aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en
ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la
especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad
racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los
principios fundamentales de la religión son innatos o evidentes en sí y que la
revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del año 1800, el
racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.
EMPIRISMO
En filosofía occidental, doctrina que afirma
que todo conocimiento se basa en la experiencia, mientras que niega la
posibilidad de ideas espontáneas o del pensamiento a priori. Hasta el siglo XX,
el término empirismo se aplicaba a la idea defendida sobre todo por los
filósofos ingleses de los siglos XVII, XVIII y XIX. De estos filósofos ingleses,
John Locke fue el primero en dotarlo de una expresión sistemática, aunque su
compatriota, el filósofo Francis Bacon, había anticipado algunas de sus
conclusiones. Entre otros empiristas también se cuentan David Hume y George
Berkeley. Opuesto al empirismo es el racionalismo, representado por pensadores
como el francés René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y los filósofos de
los siglos XVII y XVIII Gottfried Wilhelm Leibniz y Christian von Wolff. Los
racionalistas afirman que la mente es capaz de reconocer la realidad mediante
su capacidad para razonar, una facultad que existe independiente de la
experiencia. El pensador alemán Immanuel Kant intentó lograr un compromiso
entre el empirismo y el racionalismo, restringiendo el conocimiento al terreno de
la experiencia, a posteriori, y por ello coincidía con los empiristas, pero
atribuía a la mente una función precisa al incorporar las sensaciones en la
estructura de la experiencia. Esta estructura podía ser conocida a priori sin
recurrir a métodos empíricos, y en este sentido Kant coincidía con los
racionalistas.
En los últimos años, el término empirismo ha
adquirido un significado más flexible, y ahora es utilizado en relación con
cualquier sistema filosófico que extrae todos sus elementos de reflexión de la
experiencia. En Estados Unidos William James llamó a su filosofía empirismo
radical y John Dewey acuñó el término de empirismo inmediato para definir y
describir su noción de la experiencia. El término leyes empíricas se aplica a
aquellos principios que expresan las relaciones que, según se aprecia, existen
entre los fenómenos, sin que impliquen la explicación o causa de los fenómenos
mismos.
Para los empiristas, a partir de la
experiencia el ser humano va acumulando conocimientos; plantea que el individuo
cuando niño empieza por tener percepciones concretas y es sobre la base de
estas percepciones que forma luego sus representaciones generales y conceptos.
Es a partir de la experiencia que, Carl Rogers plantea, se da el aprendizaje
significativo en el estudiante. Señala que el aprendizaje se da cuando lo
estudiado es relevante en los intereses personales del estudiante. El individuo
tiende a la autorrealización. Formula la "teoría del aprendizaje
empírico".
Lo que identifica a la ciencia como tal es una
actitud frente a la cosas y a la vida que exige una metodología estricta. Tiene
que ver con la búsqueda de la verdad y con lo que ella, con fidelidad absoluta,
nos exige.
No hay comentarios:
Publicar un comentario